La fisioterapia de piso pélvico, es aquella destinada a tratar o prevenir problemas que tienen origen en nuestro Suelo Pélvico, estructuras que se encargan del normal funcionamiento de nuestras funciones urinaria, intestinal o sexual entre otras. Cuando la musculatura que compone el suelo pélvico se encuentra débil, demasiado tensa o ha sufrido alguna lesión (desgarro, episiotomía, intervención quirúrgica, etc), pueden verse comprometidas una o varias de las funciones antes nombradas teniendo consecuencias tan molestas como pérdidas de orina, prolapsos de órganos pélvicos, dolor durante las relaciones sexuales o pérdida incluso de gases o heces.
En este caso nos referimos a las dificultades de vaciado de la vejiga por ausencia o insuficiencia de contracción de la vejiga para expulsar la orina. En este sentido la fisioterapia puede aportar técnicas de electroterapia transcutánea (nervio tibial posterior, raíces sacras, etc) y de reeducación vesical complementando o no a tratamientos médicos farmacológicos, cateterismo vesical intermitente, etc. para intentar solucionar el problema.
Tres tipos de incontinencia pueden ser tratados con fisioterapia: la incontinencia urinaria de esfuerzo (IUE), la incontinencia urinaria de urgencia (IUUrg,) y la mixta, que es aquella en la que se aprecian síntomas de esfuerzo y de urgencia en el mismo paciente.
Cuanto antes se comienza el tratamiento es mucho mejor, el problema puede aparecer a cualquier edad y no hay que esperar en ningún caso a resolverlo ya que los síntomas irán a más y la solución será más compleja, dolorosa y de mayor riesgo en cuanto a posibilidad de efectos secundarios y complicaciones.
Tanto los ligamentos y fascias, como los músculos: suelo pélvico y esfínteres cumplen un papel fundamental en el funcionamiento correcto de los órganos de la cavidad pélvica (vejiga-uretra, útero-vagina, recto-ano). Como en cualquier otra parte del cuerpo son objeto de tratamiento con fisioterapia con el objetivo de restablecer su correcto funcionamiento, y derivado de esto, evitando problemas como la incontinencia. Son las patologías donde más se ha estudiado y comprobado los efectos de la fisioterapia uroginecológica.
La utilidad de la fisioterapia en esta patología esta ampliamente investigada y aceptada por la evidencia científica como primera opción de tratamiento antes de valorar una opción quirúrgica.
El síndrome de atrapamiento del nervio pudendo, la cistitis intersticial, vestibulitis vulvar, etc. se engloban en el llamado síndrome de dolor pélvico crónico (SPPC), la fisioterapia dispone de herramientas de tratamiento eficaces, con la ventaja de no tener riesgos ni efectos secundarios.
Cada caso debe ser estudiado por su médico especialista para establecer un diagnóstico correcto y descartar cualquier otra causa relacionada con sus síntomas, aunque estos pacientes y los propios médicos bien saben lo difícil que es a veces llegar a un correcto diagnóstico, llegando en muchos casos a ser derivados a gran cantidad de especialistas durante el transcurso de este complejo síndrome. Si se confirma el diagnóstico de síndrome de dolor pélvico crónico o específicamente de cualquiera de los mencionados anteriormente, o por descarte de otras patologías se ha llegado al mismo, la fisioterapia es una opción real y eficaz de terapia, como demuestra la evidencia científica existente sobre todo si el problema es abordado mediante un enfoque biopsicosocial.
Cuando el dolor persiste durante mucho tiempo puede producirse una sensibilización en el sistema nervioso central aumentando los síntomas y cronificarse.